Jueves, 21 de Septiembre de 2000
Cuando la conducta propia es errónea, siempre está en condiciones la parte movida a error para formular las reclamaciones conducentes a dejar sin efecto su propio proceder pretéritamente equivocado, y si esto ocurriera no podría encuadrarse tal conducta dentro de los parámetros de procedencia de la doctrina de los actos ...
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